miércoles, 22 de mayo de 2013

Ahorrar en la calefacción central


Ahorrar en la calefacción central



¿Se han dado cuenta de que hay usuarios de calefacciones comunitarias, que por mucho que se esfuercen, no van a ahorrar nunca ni un céntimo en sus gastos de calefacción?

Esto es lo que sucede en las comunidades de vecinos donde el reparto de los consumos de la calefacción se hace sin tener en cuenta lo que realmente gasta cada vivienda.
La instalación de contadores de energía es una medida que repercute en la equidad y justicia en este reparto, que consigue un importante ahorro de combustible y, por si esto no fuera suficiente, de forma casi inminente será obligatoria en todos los edificios con calefacción central.

Cuando la instalación de calefacción está realizada en anillos (ver imagen), es sencillo instalar contadores de energía, que calculan el consumo en función del caudal y de las temperaturas de entrada y retorno.





 
Pero si la distribución está realizada en columnas (ver imagen), la cosa se complica. Generalmente en estos casos, se suele optar por repartir el gasto total según los coeficientes de superficie de cada vivienda, lo cual suele ser injusto.

Además, este tipo de distribución en ocasiones hace que en los pisos inferiores la temperatura sea mayor que en los de arriba, y como no se tiene en cuenta el consumo real, muchos vecinos se limitan a abrir las ventanas cuando tienen calor, en lugar de cerrar los radiadores (¡van a pagar lo mismo!).

Si se establece un sistema eficaz, mediante el cual cada vivienda pague en función de la energía consumida, se consigue un importante ahorro de combustible (según estudios realizados puede llegar hasta un 30 %), un mayor confort en todo el edificio, mejor rendimiento de los equipos y por tanto, menos gasto en mantenimiento.

Una solución óptima y económica es la colocación en cada radiador de un pequeño dispositivo, que hace los cálculos correspondientes y los comunica vía radio. Las empresas que los comercializan emiten facturas individualizadas por vivienda (con desgloses por radiador).

Además, si  la comunidad no quiere invertir en estos pequeños aparatos, puede optarse por abonar una pequeña cuota que incluye el alquiler del equipo, las lecturas y la confección de las facturas por vivienda.


 
Simplemente por utilizar este sistema se consiguen importantes ahorros, que siempre serán superiores a esta cuota que mencionamos. Pero además, cada propietario puede realizar mejoras en su instalación que ahora sí que repercutirá favorablemente en lo que tendrá que pagar: colocación de válvulas termostáticas, sustitución o ampliación de radiadores, mejoras en la regulación, etc.

Reproducimos una presentación realizada por Termogestión Galicia, que ilustra sobre este tema.

 




domingo, 3 de abril de 2011

SUSTITUCIÓN DE CALDERA DOMÉSTICA DE GAS - 2º PASO

2º PASO: ELECCIÓN DE LA POTENCIA DE LA CALDERA
                Antes de decidir cuál es la potencia que necesitamos, debemos atender a las siguientes consideraciones:
·         La potencia elegida debe ser lo más ajustada posible a las necesidades reales de la vivienda. Un aparato con una potencia muy superior, perdería rendimiento, y por tanto consumiría en exceso. En las calderas de condensación este problema es menor, si bien tampoco conviene que sea muy grande la diferencia entre la potencia requerida y la nominal del aparato.
·         Es fundamental que la caldera tenga una buena capacidad de modulación, es decir, que la llama, o lo que es lo mismo, la entrada de gas, se ajuste lo más aproximadamente posible a la potencia que estamos necesitando. También es importante, que el ventilador interno que aporta el aire para la combustión, también module en la misma medida, para que sea eficaz la mezcla entre combustible y comburente.
·         De forma muy general, se puede calcular la necesidad de la potencia para calefacción, en unos 140 w (0,14 Kw) por cada elemento de radiador (de aluminio) instalado, aunque esto depende de las condiciones iniciales de diseño de la instalación. Podemos estimar que con una caldera de 24 kw, tendríamos potencia suficiente para una vivienda de hasta 120 m2. De todas formas, conviene que el servicio técnico que hace la puesta en marcha del aparato, le reduzca la potencia para ajustarla en lo posible a las necesidades de la calefacción.
·         Cuanto mayor sea el número de elementos de radiador, o lo que es lo mismo, cuanto mayor sea la superficie de intercambio entre el fluido del interior del circuito y el ambiente, menor será el consumo. Con ello podemos hacer circular ese agua a menor temperatura, con el ahorro consiguiente.
·         Cuando la vivienda es grande y tiene varias zonas que se pueden independizar, es decir, cuando es posible desconectar una parte importante de los emisores, es aconsejable siempre la elección de una caldera de condensación, pues ofrecen muy buen rendimiento a toda potencia, y mucho mejor que las convencionales cuando trabajan a una potencia menor de la nominal del aparato.
·         Otra cuestión es el agua caliente sanitaria (ACS). Una caldera de 24 kw, nos proporcionará 13.8 l/min*. Un ducha con un caudal normal utiliza entre 7 y 8 l/min.
Esto quiere decir que si pretendemos utilizar dos o más duchas simultáneamente, necesitamos que la potencia de la caldera sea superior.
Si la necesidad de caudal de agua es superior, o es nuestra prioridad principal, es aconsejable optar por calderas con acumulación de agua caliente integrada o externa al aparato. Con esto conseguimos no tener que instalar una caldera demasiado potente, si no es necesario para su uso en servicio de calefacción.

Resumiendo: Si tenemos una potencia inferior a 120 m2, la necesidad de potencia vendrá definida por la necesidad de caudal en ACS. Si la superficie es mayor, debemos calcular la necesidad de potencia en función del volumen que hay que calefactar, y elegir correctamente el tipo de caldera.

Y lo que es más importante: Déjese aconsejar por un profesional

* Este cálculo de caudal parte de la suposición de una elevación de la temperatura del agua de 25 ºC con respecto a la entrada de agua en la vivienda (Por ejemplo: Entrada de agua a 15 ºC y consumo a 40 ºC)


domingo, 27 de marzo de 2011

SUSTITUCIÓN DE LA CALDERA DOMÉSTICA DE GAS – PRIMER PASO

Cuando se trata de cambiar nuestro viejo coche, todos tenemos claro las opciones entre las que podemos elegir: Tipo de combustible, cilindrada, capacidad, línea, maniobrabilidad, precio… ¿Y cuando tenemos que sustituir la caldera de gas de nuestra calefacción? ¿Sabemos lo que hay que tener en cuenta?
                Dejando a un lado la cuestión de las diferentes marcas, que lo dejaríamos para el final del proceso, tenemos que definir cuáles son nuestras necesidades y nuestras preferencias en cuestión de confort.
                PRIMER PASO – CUMPLIMIENTO DE NORMATIVA
                De acuerdo con el nuevo Reglamento de Instalaciones Térmicas, ya nos debemos olvidar de las calderas atmosféricas de tiro natural, es decir, aquellas que toman el aire del mismo local en el que se encuentran y expulsan los productos de la combustión a una chimenea o al exterior sin ayuda de un activador de tiro.
                Así pues, ya sólo debemos elegir entre las calderas estancas, o sea, las que toman el aire del exterior (a través de un conducto), y expulsan los gases ayudada por un ventilador integrado en el propio aparato.
                Pero no quedan ahí las limitaciones normativas. En la actualidad, es preceptivo que esos productos de la combustión, salvo en viviendas unifamiliares, sean conducidas  a la cubierta del edificio. Para ello, estos inmuebles, deben contar con una chimenea especialmente diseñada para calderas estancas, que como hemos dicho, tienen tiro forzado.
                Afortunadamente, esta norma tiene su excepción, que nos permite sustituir calderas en edificios sin este tipo de chimenea, que son la inmensa mayoría. Está permitido instalar calderas, de menos de 70 kw, siempre que estas sean de clase 5 (bajo NOX). Esta premisa, la cumplen las calderas de condensación (de las que ya hablaremos), y otro tipo de calderas, que en la actualidad existe en el mercado, que sin ser de condensación, cumplen la normativa de emisiones, las calderas “Bajo NOX”.

                Pues bien, ahora ya sabemos que si queremos cambiar nuestra vieja caldera, a menos que nuestro edificio cuente con esa chimenea especial, debemos optar entre las distintas marcas, aquellos modelos donde se especifique: Calderas de  Condensación o Calderas de Bajo NOX.
¿Condensación o Bajo NOX?





    Para decidir entre estas dos opciones, debemos saber:
·     Las calderas de condensación proporcionan un ahorro importante en el consumo, especialmente en instalaciones de suelo radiante, radiadores de baja temperatura, o cuando la instalación tiene una distribución abundante de elementos de radiador.
·     Dado que estas calderas condensan el vapor de agua que produce la combustión, es necesario instalar un tubo desde la propia caldera, hasta un desagüe. Las emisiones que salen por su chimenea son mucho menos nocivas que en las calderas convencionales, sin embargo, son más visibles por su color blanco, lo que origina que algún vecino ponga objeciones, eso sí, sin fundamento legal ni ecológico.
·    Las calderas de bajo NOX cumplen la normativa vigente y, sin duda, mejoran el rendimiento (menor consumo) de las antiguas calderas, sobre todo si eran atmosféricas, pero no llegan a los ahorros de la condensación.
·     Lógicamente, el precio de las calderas de condensación es superior, si bien en ocasiones están subvencionadas por los organismos competentes de cada Comunidad Autónoma y/o promocionadas por fabricantes e instaladores que apuestan firmemente por esta opción.
 



 
 


 



Continuará – Próximamente: Elección por potencia

domingo, 13 de marzo de 2011

Agradecimiento a la Cámara de Comercio de Vigo

Hace algo más de tres años tenía una idea, una experiencia profesional para defenderla, mucha ilusión… y poco más. Con este bagaje únicamente (por supuesto, sin dinero ni socios capitalistas), ignoraba si era posible embarcarse en un proyecto que permitiese crear una empresa rentable.
Ahora sé que sí, que hay posibilidades para quien lo quiera intentar, aunque no todo el mundo sea consciente. No quiero en estas líneas contar una película de esfuerzo e imaginación, porque eso sólo no siempre es suficiente.
Alguien me aconsejó buscar asesoramiento en la Cámara de Comercio en Vigo. Sin saber qué es lo que podrían hacer por el proyecto, descubrí con sorpresa, que un equipo de personas trabaja eficazmente, y siempre con un gesto amable, para que los sueños de esa gente que ahora llaman “emprendedores”, puedan fructificar. Trámites para la creación de empresa, asesoramiento sobre subvenciones, apoyo en la gestión, formación, y aún más, el Vivero de Empresas. Seguramente sin la existencia de este nido de nuevas empresas, no hubiera sido posible que hoy, Asesoramiento y Desarrollo de Soluciones Energéticas S.L., y su hermana pequeña, aunque ya con mayor tamaño, Termogestión Galicia S.L., estén funcionando ya por su propio pie.
Hoy, tomamos un respiro en trabajo diario, para agradecer a la Cámara, a la Fundación Incyde, que ampara el proyecto de los Viveros de Empresas, y sobre todo, a esas personas con nombre propio, las que continúan en la entidad y las que desgraciadamente ya no están, que durante tres años han conseguido que nos sintiéramos “arropados”  en esta nueva experiencia empresarial: Muchas gracias, Ana, Mabel, Neleida, María, Sole, Nuria 

sábado, 12 de marzo de 2011

Propuesta para el ahorro de energía

Ahora que todo el mundo habla del ahorro energético, no podemos evitar hacer nuestra propuesta, pues, al fin y al cabo, ese es nuestro trabajo.
Con frecuencia realizamos estudios del gasto en calefacción y agua caliente en los edificios que cuentan con servicios centrales, por lo que nuestras conclusiones son fácilmente contrastables.
¿Saben cuánto puede llegar a ahorrar un edificio que tenga una caldera de gasóleo de más de 15 años (e incluso de mucha menos antigüedad), con su sustitución por un modelo de condensación a gas natural?
Les presentamos un cuadro comparativo, partiendo de un supuesto de consumo anual de 30.000 litros de gasóleo adquirido a un precio de 0,75 €/l, y los actuales precios del gas natural (Tarifa 3.4).
La disminución de costes proviene de dos parámetros, el menor precio del kw obtenido con gas natural, y el aumento del rendimiento de los equipos.
Para determinar el precio del kw de gasóleo, no hay más que relacionarlo con su poder calorífico, que se estima en 10,24 kw/l. En cuanto al precio del kw de gas natural, directamente es facilitado por las empresas distribuidoras, si bien, es preciso añadirle el importe del término fijo correspondiente a cada tipo de tarifa.
En cuanto al rendimiento, cualquier caldera de condensación nos proporciona un aumento de rendimiento con respecto a un equipo convencional, por encima del 30%.
Como se puede observar en el cuadro, una Comunidad de Propietarios, que consuma 30.000 litros de gasóleo al año, se puede ahorrar en ese periodo, sobre un 50%, es decir, del orden de los 11.000 euros/año.
Entonces… ¿dónde está el problema?
Evidentemente en la inversión necesaria para afrontar la obra.
Es muy difícil calcular el coste medio de esa transformación, pues cada sala de calderas es un caso distinto, y ni siquiera todos los emplazamientos existentes son aptos para instalar gas o para poder ubicar este tipo de calderas. No obstante, vamos a suponer un coste de la obra de 40.000 €, para un edificio de 25 viviendas.
¿Quién pone de acuerdo a esos 25 propietarios para hacer el desembolso? Es evidente que con el ahorro obtenido, se amortiza el gasto en menos de cinco años, pero… ¿son tiempos para meterse en gastos?
Está claro que se necesita una financiación. Hay empresas suministradoras de gas, que aportan sus propias soluciones a esto, y que resultan interesantes.
Si se facilita una financiación a cinco años, con el mismo ahorro pagarían el coste de la obra, es decir, seguirían pagando lo mismo durante ese periodo, pero con una instalación nueva. ¿Y si la financiación que se facilita es al doble de tiempo? Lógicamente, desde el primer momento, del bolsillo del usuario saldría menos dinero cada mes para los gastos de calefacción… y eso nos gusta a todos. Tendríamos una instalación más eficiente, menos contaminante y más segura… sin desembolsos.
Ahora bien, para eso necesitaríamos el apoyo de la Administración Pública, instrumentando una garantía de cara a las entidades financieras, y vinculando el pago de las cuotas a cada vivienda, en lugar de al actual propietario.
¿Hacemos números? De cada mil salas de calderas que se transformen en estas condiciones se obtendrían:
ü  11 millones de euros de ahorro para las Comunidades de Propietarios.
ü  30 millones de litros de gasóleo que no se utilizarían.
                Es cierto que el gas también hay que comprarlo fuera de España, pero su suministro   está más garantizado y con menor fluctuación de precios.
ü  40 millones de euros en volumen de negocio para el sector, con su correspondiente creación de puestos de trabajo.
ü  7.200 millones de euros de ingresos al estado en concepto de IVA.
ü  Una disminución de un 40% de emisiones de CO2 a la atmósfera (unas 42 toneladas).
ü  Eliminación de emisiones de NOX.

Aunque no sea esta la solución definitiva de ninguna crisis… ¿no merece la pena ponerse “manos a la obra”?

jueves, 3 de marzo de 2011

Los peligros del monóxido de carbono

-         ¡Menudas vistas que tiene desde su cocina, señora! ¡Se ven hasta las islas Cíes! Pero aquí pega fuerte el viento. ¿Se le apagará el calentador a menudo?
-         ¡Nunca! Es un calentador muy moderno. Nos lo colocó un amigo.
-         Pues esto me preocupa. El calentador tiene muy poco tiro vertical, sale directamente a esa fachada con tanto viento, y no tiene ventilador integrado. El sistema de seguridad debería impedir que funcionara cada vez que los gases no salieran perfectamente.
-         Pues no, no se apaga nunca… y el aparato es nuevo.
-         Lo único que se me ocurre es que le hayan desconectado el sensor de seguridad, o bien, que el calentador sea un modelo para ubicar en exterior. ¿Puedo quitarle la carcasa?
-         Hágalo, pero seguro que está todo bien,  porque nos lo instaló un señor de toda confianza.
-         Mire, aquí en la parte superior debería llevar un pequeño dispositivo, para evitar que funcione en condiciones inseguras. Vamos, para evitar que desprenda monóxido de carbono, que sabe que puede ser mortal.
-         Pues vamos a llamar a este señor para que hable con usted.


-         ¿Hola, es usted la persona que instaló el calentador a la Sra. X?
-         Sí, sí. Es una buena amiga.
-         Pues este aparato es para exterior. No tiene seguridad por falta de tiro.
-         Je, je. Sí, claro, pero ya sabe que estos aparatos modernos se apagan por nada.


-         Mire señora, lo que tiene aquí es muy peligroso. A mí me han enviado a su vivienda, para ver si es posible instalar gas natural, pero en estas condiciones no puede usar gas natural, ni butano. Lo que debe hacer es sustituir ese aparato por otro con todos los sistemas de seguridad. Y si quiere evitar que se apague, instale un calentador con tiro forzado, es decir, con un ventilador que garantice la correcta evacuación de los productos de la combustión. Ah, y mientras tanto, mantenga la ventana abierta cada vez que lo utilice.


                Más o menos, esta es la transcripción de un caso real ocurrido en el barrio de Coia de la ciudad de Vigo. Pero, desgraciadamente, no se trata de un caso aislado.
                De manera inconsciente solemos asociar los peligros de la utilización de gas a fugas y explosiones, cuando esto es muy infrecuente. Sin embargo, los sistemas de calefacción y preparación de agua caliente, basados en una combustión, bien sea de leña, carbón, propano, butano, gas natural o gasóleo, presentan otro posible peligro, que todos los años originan decenas de accidentes, algunos de ellos mortales: el monóxido de carbono.

La explicación es sencilla:
Toda combustión necesita un combustible (cualquiera de los indicados) y un comburente, generalmente el aire atmosférico con suficiente oxígeno. En una buena combinación de ambos se genera calor, luz y otros productos, entre los que destacan el vapor de agua (H2O) y el anhídrido carbónico (CO2).
Pero, ¿qué ocurre si el oxígeno del que dispone este proceso no es suficiente?
En este caso, al margen de que nos va a restar eficiencia (mayor consumo), el grave peligro consiste en que se genera otro producto, el monóxido de carbono (CO), que en elevadas concentraciones es letal.

¿Cómo evitarlo?:
Estos aparatos que queman combustibles deben seguir una pauta sencilla: recibir el suficiente oxígeno y disponer de un conducto eficaz para evacuar al exterior los productos de la combustión.
Hasta no hace muchos años, la principal exigencia que se le hacía a este tipo de equipos, es que contara con un dispositivo que interrumpiese la salida de gas en caso de que se apagase la llama piloto. Actualmente la exigencia se amplía, entre otras cosas, a la existencia de un sensor que impida su funcionamiento en caso de que se den las condiciones para que la combustión no sea higiénica, es decir, que no pueda producirse reacción que desprenda monóxido de carbono.

Los peligros del monóxido de carbono

¿Son nuestros aparatos seguros?
Durante el pasado año 2010, técnicos de nuestra empresa, Asesoramiento y Desarrollo de Soluciones Energéticas S.L., han visitado decenas de viviendas en la provincia de Pontevedra, con instalaciones de butano (generalmente las que consumen gas natural han pasado revisiones exhaustivas), y comprobado que existe un altísimo índice de aparatos defectuosos o instalados en condiciones peligrosas.
Estamos hablando de más de un 40% de viviendas que no cumplen la normativa vigente, y una gran parte de ellas en condiciones objetivas de peligrosidad.

Los principales defectos observados son:

Caldera y calentador con conductos defectuosos (Coia – Vigo)

·         Calentadores sin sistema de seguridad por falta de tiro, o con el sensor desconectado.

·         Conductos de evacuación en material inadecuado o sin el trazado vertical necesario para garantizar el tiro natural. En ocasiones el trazado horizontal se prolonga varios metros, con lo que es imposible que los gases circulen por tiro natural.


Rejilla defectuosa y obturada


·         Chimeneas compartidas con campanas extractoras.
·         Rejillas para entradas de aire, tapadas o inexistentes.


·         Evacuación de gases en el interior de la vivienda, a falsos techos o incluso a la cámara de la pared.
·         Calderas atmosféricas en la cocina, con campana extractora sin dispositivo que impida su uso simultáneo.


 
Salida de gases de un calentador… contra una viga!!!
(Travesía de Vigo – Vigo)

Resumiendo: ¿Quiere saber si su instalación es segura?
                Si usted tiene un calentador en su cocina, debe asegurarse de que cuente con la suficiente cantidad de aire para que funcione bien. Si no se trata de un aparato estanco (que lo recibiría directamente del exterior), su cocina debe contar con una rejilla que, al menos, deje una superficie libre de 125 cm2 para esta función.
                Por otro lado, la entrada de gas a su aparato debe interrumpirse de forma automática, si por alguna causa se apagase su llama piloto (si aun es de los modelos que la necesitan).
                En cuanto al conducto para evacuación de gases para los aparatos de tiro natural, debe ser liso interiormente, rígido y de material incombustible (no es válido el de aluminio corrugado flexible). Por encima del aparato debe ascender como mínimo 20 cm y disponer de un orificio para poder realizar análisis de combustión. El resto del trazado debe ser siempre ascendente y disponer de un deflector en su extremo. Si la evacuación se hace a una chimenea comunitaria, ésta debe ser  utilizada solamente para este uso y estar libre de obstáculos en su interior. Para evitar un funcionamiento con tiro insuficiente, y por tanto peligroso, el aparato debe contar con un dispositivo que lo apague si se da esta circunstancia.
                Todo esto también es aplicable a las calderas de calefacción de tipo atmosférico, que aun existen en las viviendas (su instalación ya está prohibida), añadiendo además, que no pueden compartir cocina con una campana extractora, salvo que disponga de un conmutador que impida su funcionamiento conjunto.
                Los aparatos más seguros son los que disponen de tiro forzado, es decir, tienen un ventilador que garantiza la salida de los gases. Y aun más seguros son los aparatos estancos, cuya cámara de combustión solamente está en contacto con el exterior de la vivienda, gracias a una doble chimenea (aporte de aire y salida de gases).
Cuadro de texto: Tipos de aparatos de calefacción y/o agua caliente sanitaria
• Aparatos de cámara abierta (atmosféricos) y conducto de evacuación (Aparatos tipo B): 
o Toman el aire del local donde se encuentran.
o No pueden instalarse en aseos ni dormitorios.
o En la actualidad no está permitida la instalación de  calderas para calefacción de cámara abierta.
o Atendiendo a la forma de evacuación de gases pueden ser:
§ De tiro natural
• Necesitan un conducto eficiente por trazado y por materiales.
• Pueden verse alterados por uso simultáneo de campanas extractoras
§ De tiro forzado
• Incorporan un ventilador para garantizar la evacuación
• Aparatos de cámara estanca (Aparatos tipo C)
o Toman el aire del exterior de la vivienda a través de un conducto.
o Expulsan los gases mediante un ventilador incorporado (tiro forzado)
                Actualmente existen subvenciones para sustituir calderas antiguas, por modernos aparatos de condensación… aunque de esto hablaremos otro día.
               














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Asesoramiento a particulares, comuidades de propietarios y empresarios para alcanzar la eficiencia en sus instalaciones de energía; Prescripción de soluciones; Intermediación y coordinación de las reformas; Tramitación de subvenciones y bonificaciones; Contratación de instalaciones de energía; Asesoramiento y apoyo a profesionales del sector energético; Incorporación al mercado de nuevos productos.